Cuenta la leyenda que el origen de este queso fue el resultado de un accidente, cientos de años antes de Cristo. Un árabe se desplazaba sobre un camello a través del desierto, y llevaba leche de oveja en una bolsa hecha del estómago de un cordero. Durante dos noches y tres días, lo que duró el viaje, gracias al movimiento propio del andar y a las enzimas del estómago de cordero, el suero de la leche se fue separando y al llegar a destino y abrir la bolsa, lo que encontró ya no era más leche de oveja, sino que era una pasta espesa. La suerte quiso que en vez de tirarla, la probase, y así nació el Labneh, que fue prontamente adoptado por la cocina de Medio Oriente.
El Labneh es elaborado con leche de vaca, oveja y menos frecuentemente con leche de cabra. Es de color blanco, cremoso y fresco. Es nutritivo y versátil con un punto ligeramente ácido. Su consistencia está entre la del yogurt y el queso.
Sabor natural, con ajo, con pimienta o pimienta y ajo.